Arrimar el bochín
Hay algo poderoso en decidir ir por lo propio. No por lo que “debería” ser, no por lo que los demás esperan, sino por lo que de verdad te importa.
Andrés Finozzi
3/29/20252 min read


Hay algo poderoso en decidir ir por lo propio. No por lo que “debería” ser, no por lo que los demás esperan, sino por lo que de verdad te importa.
La última vez que sentí eso con fuerza fue cuando decidí poner en marcha mi proyecto personal. No solo soñarlo, sino accionar con foco, estrategia y compromiso.
Eso es arrimar el bochín: acercarse a lo que deseás con intención, con perseverancia, con presencia.
El término es popular y mi padre siempre lo usaba en distintos momentos. Hace poco volvió a mí ese concepto y si bien puede tener otras intenciones de uso, me pareció fanstástico empezar a usarlo como una metáfora de una actitud: la de hacer lo necesario, incluso sin garantías, para moverse hacia lo que uno quiere.
Y ahí entra el autoconocimiento. Distinguir lo que de verdad deseamos de lo que nos gustaría que nos guste.
Y ahí entra el autoconocimiento. Distinguir lo que de verdad deseamos de lo que nos gustaría que nos guste.
Hay una diferencia enorme entre lo que me enciende y lo que suena bien. Saber lo que queremos es la base para actuar con sentido. Tanto en lo profesional como en lo personal, necesitamos diseñar evidencia de que nos estamos acercando a eso.
¿Qué señales me muestran que estoy en camino?
¿Qué indicadores reales, aunque sean pequeños, me conectan con ese objetivo?


Ser protagonistas es asumir que elegimos todo el tiempo
Elegimos quedarnos quietos o movernos.
Elegimos postergar o encarar.
No alcanza con desear algo con fuerza. Hay que crear el entorno, tomar decisiones, correrse de ciertos lugares cómodos.
Hacerse cargo no es cargar culpas, es asumir poder.
Hacer implica riesgo y animarse a fracasar es parte del juego. Si no hacemos, no aprendemos. Si no validamos con acción, estamos construyendo castillos en el aire.
Fracasar no es fallar, es una forma de afinar la dirección. Lo importante es estar en movimiento, validar, ajustar, seguir.
¿Y vos?
¿Qué parte tuya está pidiendo arrimarse?
¿Qué decisión estás postergando?
¿Qué sería una primera evidencia de que estás avanzando hacia eso que querés?
“Arrimar el bochín” no es solo estar cerca. Es estar en tránsito. Es hacer lo necesario para acercarnos a lo que queremos con cada elección, con cada paso, con cada intento. No se trata de hacerlo perfecto. Se trata de hacerlo real.
Andrés Finozzi
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